viernes, 4 de febrero de 2011

14

La vieja metáfora. Cada uno es su propia película. Cada uno es su propio director. Su propio actor principal. Su propio montajista.

Cortar, pegar, omitir, tomar desiciones, escribir su guión, focalizar en determinados hechos.

Qué pasa cuando nuestros técnicos interiores están en desacuerdo?

Qué pasa cuando el yo-montajista debate con el yo-director si cortar una escena o si dejarla hasta que el yo-espectador se canse, y el protagonista pierda su papel estelar?


Complicado.

No hay comentarios: